
En muchos hogares, el microondas se ha convertido en un electrodoméstico esencial. Su practicidad para calentar alimentos en minutos lo ha posicionado como una herramienta cotidiana. Pero, ¿por qué no debes calentar agua o leche en el microondas?
¿Por qué no es recomendable calentar agua en el horno?
El riesgo más importante al calentar agua en el microondas es el sobrecalentamiento, un fenómeno en el que el agua alcanza una temperatura superior a los 100 °C sin que se generen burbujas visibles de ebullición.
En este estado, un movimiento tan simple como levantar la taza o introducir una cuchara puede detonar una erupción violenta de agua hirviendo, capaz de causar quemaduras de segundo grado.
Te recomendamos: Hay vida oculta en tu cocina: los inesperados habitantes del microondas
La FDA ha registrado múltiples reportes de lesiones derivadas de este tipo de accidentes, por lo que ha emitido recomendaciones claras para prevenirlos. Entre ellas, destaca no exceder los tiempos de calentamiento y seguir siempre las indicaciones del manual del horno microondas.

¿Por qué ocurre el sobrecalentamiento?
El microondas calienta los alimentos mediante ondas electromagnéticas que agitan las moléculas de agua, grasa y azúcar. Este proceso genera calor de forma muy rápida, pero no siempre uniforme, lo que puede crear "puntos calientes" y áreas donde la temperatura supera el punto de ebullición sin señales visibles.
A diferencia de una hornalla o pava, donde el calor sube desde el fondo del recipiente y permite una ebullición controlada, el microondas calienta desde el exterior hacia el interior, favoreciendo el sobrecalentamiento en zonas aisladas del líquido.
¿Cómo evitar accidentes al calentar líquidos en el microondas?
Para evitar explosiones o quemaduras al calentar agua, leche o cualquier otro líquido en el microondas, considera estas recomendaciones:
- No sobrellenar el recipiente: Se sugiere llenar solo hasta dos tercios de la taza o vaso, permitiendo que el vapor se libere sin crear presión excesiva.
- Usar objetos no metálicos dentro del líquido: Introducir una cuchara de madera o un palito de plástico resistente puede romper la tensión superficial del agua y prevenir la erupción. Otra opción es añadir azúcar o una bolsa de té desde el inicio.

- Utilizar recipientes aptos para microondas: Vidrio, cerámica o plásticos diseñados específicamente para este uso ayudan a distribuir el calor de manera más uniforme.
- Revolver el líquido antes y después del calentamiento: Esto permite que el calor se distribuya mejor y se evite la formación de zonas sobrecalentadas.
- Cubrir el recipiente con tapas con ventilación: Una tapa que permita la salida del vapor puede prevenir salpicaduras y facilita una ebullición controlada.
¿Qué método es más seguro?
La forma más segura de calentar agua sigue siendo el método tradicional: en la estufa. Este procedimiento permite observar claramente cuándo el agua llega a su punto de ebullición y reduce el riesgo de sobrecalentamiento.
Además, es importante evitar consumir líquidos recién hervidos, ya que ingerir agua a temperaturas superiores a los 100 °C también puede causar lesiones en la boca y el esófago.